sábado, 24 de marzo de 2012

¡Santa Paciencia!

Convivir (o más bien tratar de sobrevivir) con una maniática del orden no es fácil. A continuación detallo una lista de cosas que me sacan de mis casillas:


1. Dejar levantada la tapa del wc (no sólo es una guarrada, rompe la estética de cualquier baño, queda fatal).
2. Tener el suelo del pasillo plagadito de diferentes frutas y hortalizas de plástico y juguetes varios con los que se entretienen mis niños. Son peligrosas, en cualquier momento puedes pisarlas sin darte cuenta y zas...
3. Que el escurreplatos de la pila esté sucio (fibrilo, de verdad, si no está limpito y brillante, FI-BRI-LO). Hay días que pierdo la cuenta de las veces que me toca limpiarlo.
4. Cuando la ropa está desordenada, tirada por el suelo o colocada de cualquier forma, arrugándose (me dan palpitaciones y no paro hasta que está todo en su sitio).
5. Que los tiradores de las puertas y/o armarios estén sucios (me da un asco infinito tocarlos, sobre todo los de la cocina, que es lo habitual).
6. Los tapones de lavabos, bañeras, etc. que no están colocados en su sitio. Y esto no es sólo una manía, es algo que recomiendan las normas de Feng Shui, que dice que si no, se escapa la energía de la casa.
7. La decoración no minimalista de los hogares (me satura, la vista y el espíritu). Hace años estuve en una exposición en el Museo Reina Sofía sobre el Minimalismo en el Arte y abarcaba tanto diseño, como muebles, ropa,..., babeaba de alegría. Y eso que creo que en mi casa hay demasiadas cosas.
8. Cuando la ropa no está colocada por colores en los armarios. Lo mismo por temas: calcetines con calcetines, camisetas todas juntas, etc. Se me rompe el karma cuando no es así.
9. Y...., y así hasta el infinito.


Lo dicho, es complicado seguir mi ritmo, pero poco a poco voy inculcando mis manías de orden a mi "Pitu", que no se va al baño hasta que no ha dejado colocado todo en su sitio tras su paso. Y que sabe que cada cosa tienen su lugar en casa. Otra cosa es el "tete", viva imagen de su progenitor, hasta en esos detalles.


Pero llevo años con esta constante lucha, invocando al dios Lar y los dos Penates de mi cueva y pidiendo no perder la paciencia. No siempre lo consigo, más de una vez termino dando cuatro gritos, vuelvo a quedar disfónica de manera regular, pero nadie parece darse cuenta que me molesta enormemente.

4 comentarios:

  1. Lo comparto todo amiga y las mujeres que conozco en mi entorno también, lástima que los del cromosoma "cojo" no sean tan devotos como nosotras del Feng Shui, ains... :(

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  2. jajaja. Me encanta lo del cromosoma "cojo". Ahora que lo pienso, va a ser por eso, lo suyo es genético, les falta una parte de la cadena helicoidal de proteinas y no dan más de si. Menos mal que la naturaleza evoluciona en femenino.
    Bss

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  3. Yo creo que soy un especimen de mujer raro jajajajaja, creo que ha llegado el momento en que casi todo eso me importa tres pepinos y hasta que no me doy cuenta de como esta la casa, no empiezo a vociferar y echar fuego por la boca jajajajajajaja.

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  4. No, si yo también me pongo "dragona", lo malo es que el desorden me pone nerviosita, nerviosita, nerviosita del todo.

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