Me ha "tocao", si, me ha "tocao", he tenido en casa un bicho, que proviene de la escuela y no son piojillos.
Dentro de las actividades de este ciclo en el cole del ex-rizos, han decidido que una mascota viva por días en las casas de los niños de la clase de mi hijo. Y como no es un ser vivo, mejor. Porque cuando no los contaron en la reunión trimestral, ya me imaginaba yo dando explicaciones sobre el motivo del futuro óbito.
¡que miedito, que miedito, madre!
La situación fue la siguiente (supongo que si alguien que me lea tiene hijos de más de 3 años ya han pasado por esto): te lo dan en una bolsa, haces los deberes que te hayan tocado del libro que lo acompaña y hay que devolver todo el kit en perfecto estado en 3 días.
Al principio pensé en esconderlo de las hordas infantiles que custodio y a ser posible que ni se enteraran de su presencia, pero no hubo forma. Mi hijo merendó con él, jugó con él, cenó con él, en la bañera quería meterlo con él, pero le convencí que era "de secano" y por supuesto, a la cama, si, a la cama se fue con él.
Como fue parte de la familia durante unos días, le hicimos una foto para el recuerdo.
Hemos tenido en casa al "pirata Cara Rata" y creo que a pesar de todo el pobre, se ha sentido cómodo en nuestra casa. A veces me saluda en el patio del cole, camino del siguiente destino de viaje.
¡¡Pobre!!