sábado, 25 de marzo de 2017

Earrach

Estás ya entre nosotros, aunque no lo parezca.

Te esperaba ansiosamente, como el que espera al ser querido frente a la puerta de llegadas de cualquier aeropuerto: se abre la puerta, pero no terminas de ver frente a ti a quien has esperado largo tiempo.




Te empecé a celebrar con el alma encedida en verde.


Estás aquí, aunque se nos hiele un poquito el corazón últimamente. Y amo lo que significas. La luz que sé que me traerás a mi vida. Las ganas de respirar, de salir, de moverme, de suspirar, de disfrutarte con intensidad.

Añoraba tus días. Soñaba con la calidez de tus noches. Has llegado, pero parece que no quieres permanecer del todo.

Eres como el amante esquivo, que no se queda permanentemente en tu lecho y huye de madrugada. Y esperanzada me mantengo expectante, porque sé que tarde o temprano llegarás con tus explosiones, de color, de risas, de nuevas tareas.

No olvides que te espero. 



                        Siempre impaciente.

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